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La Plaza Mayor de Madrid es uno de los símbolos de la ciudad. Situada en el corazón del conocido como Madrid de los Austrias, es una visita imprescindible para todo el que llega a Madrid, ya sea para pasar unos días o para quedarse.
Esta plaza de forma rectangular que ocupa una superficie de una hectárea, comenzó a construirse en el año 1617 por orden de Felipe III, para terminar las obras de reforma que se habían comenzado hacía tiempo para lo que entonces se denominaba la Plaza del Arrabal.
Las obras concluyeron en 1619 tras las obras realizadas por Juan Gómez de Mora y no hicieron más que aumentar la popularidad de la plaza, que ya era un centro de encuentro para muchos madrileños y que aún lo continúa siendo.
En la propia plaza, sin necesidad de salir de ella, hay muchas cosas interesantes que ver, desde edificios a estatuas sin olvidarnos de algunos establecimientos que forman ya parte de la historia de Madrid.
Estatua de Felipe III
Para empezar, la estatua situada en el centro y que recibe todas las miradas. En esta estatua se representa a Felipe III montando a caballo, y es una de las estatuas de mayor valor de la ciudad. Aunque pueda sorprender a muchos, que habrán pensado que la estatua se colocó en la plaza desde un inicio por haber sido el impulsor de la reforma, la estatua no llegó a la Plaza Mayor de Madrid hasta 1848 procedente de la Casa de Campo, donde había permanecido desde 1616.
La Casa de la Panadería
En el lado norte de la Plaza encontramos la Casa de la Panadería, construida en 1590 y que sirvió de modelo para la construcción del resto de las casas de la plaza, aunque actualmente se conservan únicamente la planta baja y el sótano de la vivienda.
Se conoce como Casa de Panadería porque durante un tiempo albergó a la Tahona Principal de la Villa, un organismo que se encargaba de fijar el precio del pan para garantizar que los más desfavorecidos pudieran acceder a este alimento básico. Posteriormente ha recibido otros usos como el de Residencia Real o el que tiene hoy en día, sede del Centro de Turismo de Madrid.
La fachada está decorada con murales de Carlos Franco, que se pintaron en la última reforma que se realizó a la plaza. Estos murales representan algunos fragmentos de la historia de la mitología y en el que es fácil reconocer a la diosa Cibeles.
El Arco de Cuchilleros
Uno de los accesos a la Plaza Mayor de Madrid merece también una mención especial. Juan de Villanueva fue el encargado de reformar la plaza tras el incendio de 1790, con esta reforma la plaza se cerró por completo y se construyeron los accesos por medio de arcos.
El Arco de Cuchilleros es solo uno de los 10 accesos con los que cuenta la plaza, pero es el más conocido por ser el más monumental de todos gracias a su escalera y los edificios que la rodean, muy altos para lo habitual en esta zona de la ciudad.
El Arco de Cuchilleros recibe su nombre de la calle a la que da acceso a la plaza, la calle de Cuchilleros en la que antiguamente se asentaban los talleres de todo el gremio de cuchilleros que había en Madrid.
El comercio
El comercio ha formado parte siempre de la Plaza Mayor, actualmente aún mantienen sus puertas abiertas algunas tiendas que se fundaron hace más de 100 años. El aspecto tradicional de estos establecimientos y la calidad del trato atraen también a muchos turistas. Las tiendas de sellos y monedas y la sombrerería más antigua de Madrid merecen una mención especial.
Además, no debemos olvidar el tradicional mercadillo de Navidad que tiene lugar todos los años durante el mes de diciembre. En este mercadillo, que se sitúa en el centro de la plaza, se pueden encontrar todo tipo de adornos de Navidad y figuras de distintos estilos para el tradicional Belén.
Si quieres visitar la Plaza Mayor de Madrid los apartamentos de La Llave de Madrid son la mejor opción, muy cercanos y con todas las comodidades que buscas para tu viaje.
Situada en el centro de Madrid, el barrio de Lavapiés ha sido siempre un verdadero icono del casticismo madrileño. Un barrio cuyos orígenes se remontan a los asentamientos comerciales extramuros de la capital de finales del siglo XV y que desde sus inicios ya estuvo estigmatizado por estar habitado por gente de clase baja, como bien ilustran las obras de Galdós, lo cual se agudizaría durante la posguerra.
No sería hasta la década de los 70 cuando Lavapiés empieza a forjar la imagen que muchos han tenido hasta hace poco. La de un barrio de de gente joven que fue sustituyendo a los tradicionales vecinos del Madrid chulo y castizo, atraídos por la abundancia alquileres baratos.
Pero junto con esta generación de gente joven, veinte años más tarde empezarían a instalarse en el barrio colectivos libertarios, anarquistas y okupas que acabarían por hacer de Lavapiés un barrio poco deseable para vivir.
Un barrio en constante evolución
Desde entonces la cosa ha cambiado mucho. De hecho, ya en los inicios del siglo XXI el barrio de Lavapiés se convertiría en la zona de Madrid con mayor cantidad de asociaciones y movimientos vecinales.
Además, debido a la multiculturalidad que ha caracterizado al barrio desde los años 20, cada año se celebran o conmemoran en el barrio eventos como el año nuevo chino o el ramadán. Un aspecto fundamental que ha marcado a este barrio del centro de Madrid, infundiéndole personalidad propia.
Esta transformación que ha hecho que Lavapiés pase de ser un barrio en degradación a ser el nuevo barrio cool de Madrid, equiparable a Malasaña o a Chueca, ha sido posible gracias al reemplazo de la población por personas con mayor poder adquisitivo, entre los que se encuentran profesionales liberales con fuertes intereses culturales.
Un fenómeno que se conoce como gentrificación y que ha revitalizado el barrio y mejorado las condiciones de vida en una de las zonas más castigadas de la capital madrileña.
Tal y como afirma Óscar Muñoz, miembro del Observatorio Metropolitano, “En Lavapiés ha cambiado el perfil poblacional, y con los años cambiará aún más”. Y es que las previsiones para el futuro son muy positivas.
La población envejecida fallecerá en pocos años y según la tendencia del barrio, todo apunta a que será sustituida por generaciones de jóvenes con profesiones reconocidas y un poder adquisitivo más alto, dando lugar a un proceso gradual de rejuvenecimiento y haciendo que Lavapiés deje de ser uno de los barrios más viejos de Madrid.
Visita Lavapiés
Pero los cambios no solamente están siendo evidentes en la población, sino que además son palpables en el tejido comercial. En la actualidad, el barrio de Lavapiés es uno de los que cuenta con más librerías, salas de teatro y galerías de arte. Además, están empezando a proliferar nuevos locales.
En cuanto a la seguridad de la zona, cabe destacar que en los últimos años se han instalado cámaras de vídeo-vigilancia, de manera que los vecinos puedan sentirse más tranquilos.
La diversión está asegurada cuando se visita Lavapiés. Gracias a su multiculturalidad se puede dar la vuelta al mundo sin salir del barrio.
Para los interesados en la gastronomía cabe señalar que en la zona de Lavapiés se pueden encontrar buenos restaurantes con todo tipo de cocina, desde los tradicionales y castizos hasta los restaurantes marroquíes pasando por zonas de pinchos al más puro estilo donostiarra.
Aquellos interesados en el teatro y las representaciones encontrarán en Lavapiés un lugar al que volver repetidas veces. El Teatro Valle-Inclán, el Teatro del Arte y la Sala Mirador acogen, entre otros, representaciones clásicas e innovadoras que hacen las delicias de todos los gustos.
Por último, el barrio ofrece muchas posibilidades de disfrute a los que buscan detalles y buena arquitectura. Lavapiés cuenta con algunas construcciones significativas junto a creaciones casi callejeras que sirven para alegrar el barrio.
Ahora que sabes que Lavapiés es el nuevo barrio de moda, ¿vas a venir a conocerlo? Si es así, reserva tu apartamento en La Llave de Madrid. Céntricos y con la mejor calidad-precio
Si necesita alquilar unapartamento cerca del Hospital GregorioMarañón bien por motivos médicos o por cuestiones académicas la elección del lugar donde alojarse es muy importante, estamos a dos minutos andando del Hospital Gregorio Marañón, en la calle Narváez nº 70.
En una ciudad del tamaño de Madrid debemos tener siempre en mente la cercanía para los desplazamientos ya que las principales atracciones, las estaciones y los hospitales están repartidos por toda la ciudad, poder ir dando un paseo al Hospital Gregorio Marañón para visitar a un familiar y tenerlo cerca es importante, los apartamentos LaLlave de Madrid facilitan la visita.
Es una localización céntrica junto al Parque del Retiro, en una zona con todo tipo de servicios y muy bien comunicada, está la estación de Metro IBIZA al lado para otros desplazamientos por la ciudad y numerosos autobuses pasan por la zona.
En La Llave de Madrid dispondrá de una estancia agradable y cómoda por ello el alquiler de apartamentos junto al hospital Gregorio Marañón será una buena opción, por días, semanas o meses ofrecen flexibilidad, comodidad y sobre todo intimidad en momentos delicados.
Apartamentos accesibles y con todas las comodidades
Los apartamentos de La Llave de Madrid están listos para vivir con todas las comodidades de su casa, sabanas, toallas, lavadora, plancha, menaje de cocina, etc . Si viene en coche entrando a la capital por M-30 y tomando la salida O’Donnell llegará sin tráfico, disponemos de parking en el mismo edificio para su vehículo.
Los Apartamentos La Llave de Madrid se encuentran comunicados con el Aeropuerto de MADRID, estación de RENFE de ATOCHA y la estación central de Autobuses de MÉNDEZ ALVARO, IFEMA.
Si lo que necesitemos es despejarnos dando un paseo, podremos hacerlo en el maravilloso Parque del Retiro, al que se puede llegar en apenas 3 minutos caminando desde el hospital, y aproximadamente en 1 minuto si acudimos al parque desde nuestro apartamento de La Llavede Madrid en la calle Narváez.
Después de un paseo relajante por el parque del Retiro podremos contemplar la famosa Puerta de Alcalá y recorrer la calle de Alcalá, una avenida señorial donde encontraremos numerosos tiendas, restaurantes, el Mercado de Ibiza y todo tipo de servicios.
Situado en el centro de la ciudad, el Palacio de los Deportes de Madrid, también conocido como Wizink Center, es el recinto más importante de la ciudad.
En su interior se celebran todo tipo de eventos, tanto deportivos como espectáculos, conciertos, actos culturales y corporativos.
Un pabellón multiusos de gran capacidad que varía en función del tipo de actividad que vaya a realizarse, ya que puede ampliar su aforo desde las 10.000 plazas iniciales a las 12.500 para los partidos de baloncesto o las 15.500 para conciertos. Con lo cual, es actualmente el recinto que más posibilidades ofrece de toda la comunidad.
Cultura, ocio y deporte en Madrid
A finales del siglo XIX la zona donde hoy se ubica el Palacio de los Deportes de Madrid era una zona de huertas al borde del ensanche que se había realizado a petición del marqués de Salamanca.
En estos años la ciudad vivió un gran crecimiento demográfico y debido a la gran afición de los madrileños a los espectáculos taurinos, la plaza de toros ubicada en el mismo lugar resultaba insuficiente para acoger a tanta gente. Fue entonces cuando se decidió construir la Plaza Monumental de las Ventas que quedaría inaugurada el 21 de octubre de 1934.
Unos días más tarde sería derribada la plaza de la Calle Goya, donde si situaría el Palacio de los Deportes de Madrid. No obstante, el terreno quedaría vacío durante varios años, debido a la terrible situación económica que vivió la ciudad tras la Guerra Civil. Sería en 1952 cuando el alcalde José María Gutiérrez del Castillo proyectaría la construcción del pabellón deportivo, imitando a los que ya existían en otras capitales de Europa.
Un proyecto que sería encargado a José Soteras y Lorenzo García Barbón que también habían construido el Palacio de los Deportes de Barcelona un año antes.
Fue así como se levantaría el primer edificio del Palacio de los Deportes de Madrid, de planta circular de 115 metros de diámetro, hecho con hormigón armado y con cubierta metálica y cuyo presupuesto alcanzó los 56 millones de pesetas.
Inaugurado en 1960, el aforo original iba de los 10.000 a los 16.000 espectadores en función de la distribución de las gradas y de los eventos que se albergaran en su interior. Durante estos primeros años tendrían lugar en el edificio numerosas competiciones deportivas de baloncesto, boxeo, atletismo, balonmano, ciclismo, gimnasia y artes marciales, así como de hockey, hípica, patinaje y trial.
Arquitectura vanguardista
No obstante, a lo largo de su existencia este edificio ha pasado por diversas remodelaciones. La primera en 1985 cuando fue reformado íntegramente y pasó a ser la sede del Real Madrid entre 1986 y 1998.
Lamentablemente, en junio de 2001 el edificio sufrió un terrible incendio que dejó al edificio prácticamente en ruinas. Es entonces cuando se decide construir un nuevo edificio en el mismo lugar y que en este caso diseñaron los arquitectos Enrique Hermoso y Paloma Huidobro.
Un edificio que contó con un presupuesto de nada menos que 124 millones de euros y en el que se reutilizaron algunas partes de la estructura del antiguo Palacio de los Deportes de Madrid, concretamente las fachada de la Plaza de Salvador Dalí y de la Avenida Felipe II, así como de la posterior calle Fuente del Berro.
Tras tres años de construcción, el edificio que hoy conocemos quedaría inaugurado el 16 de febrero de 2005.
En el año 2014, el Instituto Madrileño del Deporte otorga la gestión del recinto a la empresa Impulsa Eventos e Instalaciones S.A. mediante concurso público. Desde entonces esta entidad gestiona el uso del pabellón, su imagen y derechos de denominación, hoy conocido como Wizink Center.
Este contrato que podría extenderse hasta el año 2023 tiene por objetivo convertir al pabellón en uno de los mejores de Europa, alternando eventos deportivos con conciertos musicales de artistas de fama mundial. Por este motivo, se está planteando la ampliación del mismo hasta los 16.500 espectadores de capacidad.
Los apartamentos de La Llave de Madrid, situados en la calle Narváez, se encuentran muy cerca del Palacio de los Deportes de Madrid por lo que se convierten en una opción ideal para aquellos que acuden a la ciudad para asistir a algún evento deportivo o cultural.
Madrid es una ciudad que merece la pena visitar en Navidad.En estas fechas la ciudad se engalana con millones de luces de colores, las calles se inundan de mercadillos, belenes, dulces, canciones navideñas y una gran variedad de actividades para todos los gustos y para todas las edades.
Pasear por las calles de Madrid se convierte en una aventura, tanto por la cantidad de gente que ambienta las calles en busca de sus regalos como por las actividades que organiza el ayuntamiento para disfrutar al máximo de la ciudad en un momento tan señalado.
Por eso, si estás pensando pasar la Navidad en Madrid este año, a continuación te proponemos diversos planes para que puedas disfrutar del espíritu navideño más castizo.
Patinar sobre hielo
En invierno, nada mejor que ir a alguna de las pistas de patinaje de Madrid para poner a prueba tu equilibrio y tu sentido del humor.
No importa si nunca has patinado o si te caes nada más empezar, ya que estamos seguros que esta experiencia tan divertida y navideña te encantará. Las mejores pistas de patinaje de Madrid se encuentran en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, la Plaza de Ópera, la Plaza de Callao y la Plaza de la Luna.
Ver los belenes navideños
Madrid es una ciudad con una gran tradición en belenes navideños. Cada año la capital expone alrededor de 40 belenes de diferentes tipos y épocas, desde los más clásicos a los más vanguardistas.
Una buena forma de conocerlos es realizar la ruta por los belenes más populares. Nosotros te recomendamos que tomes como punto de partida el Belén Municipal de José Luis Mayo Lebrija, pero también puedes empezar por el Belén napolitano del siglo XVIII del Museo de Historia de Madrid, por el Belén de estilo colonial de Casa América o por el Belén Tradicional de la Plaza Mayor que se encuentra en los soportales de la Casa de la Carnicería.
Hacer compras navideñas
No importa si tienes pensado comprar o no. La belleza de los mercados navideños de Madrid te hechizará sin que apenas te des cuenta.
Resulta imposible no pararse en alguno de estos pequeños puestos para ver los productos artesanos y souvenirs navideños típicos de estas fiestas. No tengas duda de que al final, por mucho que te resistas, acabarás comprando algo.
Si hay un mercado que no debes perderte ese es el de la Plaza Mayor, donde es posible comprar desde árboles navideños naturales a figuras artesanales para el Belén. Si tienes tiempo, también puedes pasarte por el de la Plaza Jacinto Benavente de estilo medieval. Aunque cualquier rincón en Madrid es siempre susceptible de convertirse en un mercadillo improvisado.
Una época para sacar al niño que llevamos dentro
Durante la Navidad en Madrid ésta se convierte en “La Ciudad de los Niños”. Son ellos los que llenan las calles con su ilusión y sus sonrisas. Y para poder compartir la felicidad con ellos, Madrid ofrece una gran variedad de planes pensados para los más pequeños, desde actividades didácticas y talleres artísticos a obras de teatro, conciertos y bailes.
Mención aparte merece el Planetario que proyecta el “Cielo de una Noche de Navidad”. Para poner la guinda al pastel, nada mejor que acudir a la Cabalgata de Reyes el 5 de enero donde sus Majestades, acompañadas de un séquito de ilusionistas, hadas y hechiceros desfilan por las calles madrileñas.
Dos Nocheviejas mejor que una
Cada año la Puerta del Sol se convierte en el epicentro de la Nochevieja en España, donde miles de personas dan la bienvenida al nuevo año con las doce campanadas. Si no quieres esperar al día 31 o quieres disfrutar de dos noches especiales, puedes acudir a la tradicional cita del día 30 para realizar el ensayo del día oficial. Eso sí, si eres supersticioso, no te comas las uvas, ya que podrían traerte mala suerte.
Una carrera para bajar los polvorones
En las Fiestas Navideñas de Madrid también hay sitio para el deporte. Cada 31 de diciembre, la capital organiza una carrera por la tarde: la San Silvestre Vallecana. Una manera muy saludable de despedir el año y de bajar esos kilos que hemos ido cogiendo durante estos días.
Hay dos tipos de carrera: la más popular, una carrera lúdica y relejada, y la profesional en la que participan atletas famosos. Un trayecto de 10 km que va desde el estadio del Santiago Bernabéu hasta el estadio Nuevo Vallecas, pasando por emblemáticos lugares de la capital.
Si quieres vivir la Navidad en Madrid, no lo dudes, alójate en La Llave de Madrid, tenemos los mejores apartamentos calidad-precio en una zona privilegiada de la ciudad.
Situado en el centro de Madrid, a pocos minutos del Parque de El Retiro, el Museo Reina Sofía de Madrid se erige como una encrucijada de espacios, objetos y tiempos diversos.
El Museo Reina Sofía reúne 21.000 obras que recorren todas las épocas y que hacen que el viajero se sienta transportado de forma inevitable al pasado. Pero entre todas ellas, hay algunas especialmente destacables y que merece la pena pararse a contemplar unos minutos.
Una intensa experiencia de conocimiento donde se traman narraciones y se fabulan historias y donde los géneros tradicionales conviven y se yuxtaponen con el cine, la fotografía el sonido y la danza, transmitiendo al visitante la riqueza y la complejidad de unas historias siempre por narrar.
Guernica – Pablo Picasso (1937)
Su gran valor simbólico y artístico resulta indiscutible. Y es que no solamente es una de las obras de arte más importantes del siglo XX, sino que se ha convertido en todo un icono de una época que marcó un antes y un después en la historia de nuestro país.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
La ventana abierta – Juan Gris (1921)
Las ventanas abiertas fueron para el autor un recurso muy recurrente para realizar contrastes entre los espacios exteriores e interiores de una forma muy original y siempre con un toque muy personal.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
La sonrisa de alas flameantes – Joan Miró (1953)
En esta obra Joan Miró supo plasmar perfectamente su interés por el subconsciente y lo infantil, haciendo de ella una de sus obras pictóricas más conocidas.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
Las señoritas de Avignon – Pablo Picasso (1907)
Se trata de una de las obras más criticadas e incomprendidas del pintor malagueño, incluso entre los propios artistas, coleccionistas y críticos de la época, que no entendieron la nueva línea que empezaba a tomar Picasso.
Atocha- Rafael Barradas (1919)
Aunque empezó a trabajar como caricaturista en “El Monigote” (publicación satírica de la época), el artista fue más allá, con una producción pictórica que se caracteriza por un vertiginoso dinamismo que contrasta con colores muy vivos. En esta obra en concreto el pintor quiso reflejar el ajetreo que se vive en la Puerta de Atocha.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
Idilio atómico y uránico melancólico – Salvador Dalí (1945)
Se trata de una obra dedicada a la primera bomba atómica sobre la población japonesa de Hiroshima en agosto de 1945. El ambiente oscuro y de opresión hace contraste con un cielo en el que pueden verse elefantes de finísimas patas, recurrentes en muchas de sus obras.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
Bajo el sol / Bajo la luna – Mathias Goeritz (1948)
Se trata de dos obras que representan la reivindicación del artista por la apertura del panorama artístico del momento a la modernidad. La primera obra fue realizada en el mismo año en el que su autor fundó la Escuela de Altamira en Santillana del Mar.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
Mitten Kreise – Vassily Kandinsky (1932)
Una obra basada en formas geométricas como el círculo, el ángulo, las líneas rectas y las curvas. Pertenece a la etapa más reveladora y productiva del autor en la que este tipo de elementos iban cobrando cada vez mayor importancia.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
Madrid desde Capitán Haya – Antonio López (1987-1996)
El trabajo de este cuadro duró nueve años. Y es que el autor no la concluyó hasta conseguir plasmar perfectamente el realismo y la esencia más viva de la ciudad. Tal y como explica el artista “una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades”.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
El Pintor y la modelo – Pablo Picasso (1963)
Aunque menos conocida que las dos anteriores, este cuadro sigue la temática de la figura femenina que tanto interesó al genio malagueño a lo largo de su existencia. El mismo se reconocía como voyeur y como un demiurgo en el universo del arte.
Estos son algunos de los tesoros del Museo Reina Sofía de Madrid uno de los enclaves culturales más destacados de la capital de España. Si tienes pensado visitar este museo, alójate en La Llave de Madrid, cuyos apartamentos se ubican muy cerquita del Triángulo del Arte.
(Fuente: www.museoreinasofia.es)
Muy cerquita del Museo Reina Sofía encontraréis los apartamentos de La Llave de Madrid. El alojamiento perfecto para disfrutar de tu visita a Madrid.
El Museo del Prado es una de las visitas imprescindibles a realizar cuando visitamos Madrid.
Entre las personas que acuden a el Museo del Prado se pueden encontrar muchos tipos diferentes, los más expertos saben bien lo que buscan y pasan mucho tiempo frente a una sola obra, de la que intentan sacar el máximo partido.
Al Museo del Prado también acuden artistas en potencia que practican intentando emular a sus referentes. Por último está el gran público, entre los que nos encontramos la mayoría de nosotros, aquellos a los que nos interesa el arte y la cultura pero no somos unos expertos.
Para este público general resulta imposible recorrer el museo completo en una jornada, olvídate de hacer una visita completa para “hacerte a una idea” de todas las obras que guarda este museo. Lo importante es que planifiques bien tu visita, solo así podrás sacarle el máximo partido.
Son muchas las obras maestras del Museo del Prado, en La Llave de Madrid estamos enamorados de tres de ellas y hoy queremos contaros cuáles son.
Las Meninas, Velázquez
Las Meninas se pintaron en óleo en 1.656 y es una de las obras pictóricas más representativas del arte español. Una de las primeras cosas que llaman la atención de este cuadro es el tamaño, mucho más grande de lo que era habitual en Velázquez.
La figura central del cuadro es la infanta Margarita, a la que atienden algunos sirvientes. Una de las claves importantes del cuadro es lo bien que se refleja la realidad, la estancia en la que se encuentran los personajes está representada de una forma sorprendentemente creíble.
No solo la forma en que está pintado el cuadro lo convierten en una obra maestra, los contenidos políticos, históricos y artísticos que están presentes en el cuadro son tan variados y profundos que han sido objeto de muchas investigaciones.
Foto: museodelprado.es
El caballero de la mano en el pecho, El Greco
Se desconoce la fecha exacta en la que se pintó este óleo sobre lienzo, los estudios indican que sobre 1.580.
En el cuadro se percibe bien las costumbres a la hora de vestir de los caballeros de la época, ropas oscuras y sobrias con una sola nota discordante: las gorgueras de color blanco inmaculado. El caballero de la mano en el pecho es uno de los primeros cuadros de la colección de retratos que realizó El Greco. Muy poco después de su realización se expuso al público, lo que ha hecho que muchas personas lo hayan estudiado y ha contribuido a su gran fama hasta que alcanzó la calificación de obra maestra.
No se ha llegado a establecer la identidad del personaje del cuadro, entre las muchas posibilidades que se han barajado se encuentran el propio Doménikos Theotokópulos o Miguel de Cervantes.
Foto: museodelprado.es
El 3 de mayo en Madrid, Goya
Conocido popularmente como “Los fusilamientos”, este cuadro se pintó en Óleo en 1.814 y recuerda las represalias del ejército francés contra la sublevación popular llevadas a cabo en forma de ejecuciones.
Se han barajado dos localizaciones para este cuadro de Goya, no se ha determinado si el autor situó los hechos en el desmonte de la Moncloa o en los cuarteles de Príncipe Pío, dos de los lugares en los que los franceses llevaron a cabo las ejecuciones.
Todo parece indicar que la escena representada no se corresponde a los parajes de Príncipe Pío por su aspecto más campestre. Al fondo se identifica “La atalaya de Madrid”, conocida así por ser el edificio más alto de la ciudad en aquella época, la Iglesia de Santa Cruz.
Foto: museodelprado.es
Los apartamento de La Llave de Madrid están muy cerca de el Museo del Prado. Reserva tu noche y disfruta de uno de los lugares más importantes en el mundo del arte.
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